domingo, 31 de enero de 2010

El cachalote

El cachalote, Physeter macrocephalus, es una ballena muy especial. En primer lugar, porque es una de las pocas ballenas que conservan, como las primeras ballenas que aparecieron en la tierra, una mandíbula dotada de dientes perfectos para cazar y matar a sus presas (en este caso peces y calamares).



En segundo lugar, es el mamífero que ostenta el record de apnea; es decir, no existe un animal que aguante tanto la respiración bajo el agua como el cachalote. Además, puede bajar a profundidades increíbles (se han registrado bajadas de hasta 3000 metros) sin sufrir daños en su organismo.
En este caso la evolución ha dado lugar a un sistema increíble para facilitar dichas bajadas. La impresionante cabeza de este animal está rellena de una grasa, dentro de una glándula llamada glándula de espermaceti. El "espermaceti" no es sino una grasa que cuando disminuye en temperatura se compacta, con lo que tiene la misma masa pero mucho menor volumen, y por tanto mayor densidad. Si se calienta la grasa adquiere una menor densidad al aumentar su volumen dentro de la cabeza de este gigante.
Por tanto, el cachalote sólo tiene que enviar más o menos sangre hacia la glándula de espermaceti para conseguir subir o bajar sin demasiado esfuerzo. Moby Dick, la ballena blanca de la famosa novela del mismo nombre, es un cachalote albino.

sábado, 30 de enero de 2010

La salamandra japonesa

Como hemos visto en clase, hubo un tiempo (a la altura del Devónico y el Carbonífero) en la que los anfibios eran los animales que dominaban la Tierra, es decir, los que ocupaban el mayor número de nichos ecológicos, hoy ocupados generalmente por otros organismos. Así, el papel que hoy cumplen los cocodrilos, era por aquél entonces desempeñado por grandes anfibios de varios metros de longitud. Hoy los anfibios han sido relegados por norma general a un segundo plano, desempeñando habitualmente el discreto papel de animales de pequeño tamaño insectívoros que depredan pero también son depredados. No obstante, tenemos alguna excepción. Aún existe en la Tierra un anfibio de grandes dimensiones que cumple el papel de gran depredador en su ecosistema, los ríos de montaña de Japón. Hablamos de la salamandra japonesa, Andrias japonicus, que podemos disfrutar en este vídeo.



En este vídeo además, se observa que la construcción de presas no ha ayudado precisamente a esta especie, por otra parte venerada por la cultura japonesa. Con la modificación de los ríos por parte del ser humano a la salamandra le es imposible subir o bajar por el curso del río para encontrar sitios apropiados donde poner sus huevos. La solución: construirle escaleras y rampas accesibles para que pueda desplazarse de un lugar a otro fácilmente.

La frase de la semana


"La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda" Francois Marie Arouet Voltaire. (1694-1778).
Voltaire fue uno de los principales representantes de la Ilustración francesa, y en sus obras enfatizó el poder de la razón y la defensa de la justicia, pasando a la historia por su obra literaria y sobretodo filosófica.

La película de la semana: La Isla

La Isla. Una película de acción con un interesante trasfondo relacionado con la bioética, y con protagonistas guaperas, Ewan McGregor y Scarlett Johansson . (No cuento más para no fastidiar más de la cuenta a quien no la haya visto)

domingo, 24 de enero de 2010

El avispón japonés

Cuando un ser vivo convive junto a un peligro importante, pueden ocurrir dos cosas; o bien algunos individuos, por sus características especiales o su comportamiento, sobrevivirán a dicho peligro y serán seleccionados, con lo que a la larga la especie en general podrá hacer frente al problema; o bien dicho peligro extinguirá por completo esa especie. Las abejas japonesas han convivido desde hace muchísimo tiempo junto a un señor peligro, el avispón japonés, la avispa más grande del planeta capaz de matar a una persona (y de hecho responsable de algunas muertes en Japón).

Por tanto la evolución ha hecho que las abejas japonesas tengan una defensa impresionante; matan al avispón "explorador" usando su calor. Obviamente, las abejas europeas no han evolucionado junto a este peligro, con lo que no tendría sentido que supieran hacerle frente (nunca se han seleccionado las abejas que desarrollen este peculiar comportamiento). Las abejas europeas que son introducidas en Japón son pasto de los avispones en una carnicería de lo más cruel. En este fragmento del documental "avispones del infierno" (100% recomendable verlo en su totalidad) se observa primero el brutal ataque a las abejas europeas, y posteriormente el increible método de defensa de las abejas japonesas ante este monstruo.

sábado, 23 de enero de 2010

La frase de la semana


"La ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad" Julio Verne, escritor francés (1828-1905).
Julio Verne es uno de los más famosos escritores de aventuras de la historia de la literatura. Es considerado uno de los padres de la ciencia ficción, y entre sus obras caben destacatar "Viaje al centro de la Tierra", "La vuelta al mundo en ochenta días", "De la Tierra a la Luna" y "Veinte mil leguas de viaje submarino". Sus novelas, además de divertidas, anticiparon inventos y sucesos que asombrarían al mundo mucho tiempo después.

Fósiles vivientes II: el Tuátara

El tuátara es un reptil con apariencia de lagarto rechoncho que sólo habita en las islas de Nueva Zelanda. Es uno de esos animales habitualmente llamados fósiles vivientes, y esto se debe a su gran parecido a lagartos que habitaron nuestro planeta en el jurásico, y a partir de los cuales ha evolucionado sin cambiar apenas sus caracteres. Una de sus características más peculiares es el llamado ojo pineal. Existe una glándula, la glándula pineal, que en el ser humano se sitúa bajo el cerebro y en reptiles en la parte superior del cráneo. Esta glándula produce hormonas implicadas en el sueño y la hibernación. Pues bien, en el tuátara, esta glándula se encuentra no sólo en la parte superior del cráneo, sino que además no existe hueso encima suya, sólo piel, con lo que la luz afecta directamente a la glándula regulando estos procesos. Eso unido a que posee fotorreceptores parecidos a los del ojo nos permite decir que el tuátara tiene tres ojos, dos para crear imágenes y uno utilizado para la regulación hormonal del sueño. A modo de curiosidad, son muy longevos, llegan a más del siglo de edad, y tardan diez años en adquirir la madurez sexual (estas cifras son muy raras en animales de su tamaño). Actualmente se encuentra en peligro de extinción.