sábado, 23 de enero de 2010

Fósiles vivientes II: el Tuátara

El tuátara es un reptil con apariencia de lagarto rechoncho que sólo habita en las islas de Nueva Zelanda. Es uno de esos animales habitualmente llamados fósiles vivientes, y esto se debe a su gran parecido a lagartos que habitaron nuestro planeta en el jurásico, y a partir de los cuales ha evolucionado sin cambiar apenas sus caracteres. Una de sus características más peculiares es el llamado ojo pineal. Existe una glándula, la glándula pineal, que en el ser humano se sitúa bajo el cerebro y en reptiles en la parte superior del cráneo. Esta glándula produce hormonas implicadas en el sueño y la hibernación. Pues bien, en el tuátara, esta glándula se encuentra no sólo en la parte superior del cráneo, sino que además no existe hueso encima suya, sólo piel, con lo que la luz afecta directamente a la glándula regulando estos procesos. Eso unido a que posee fotorreceptores parecidos a los del ojo nos permite decir que el tuátara tiene tres ojos, dos para crear imágenes y uno utilizado para la regulación hormonal del sueño. A modo de curiosidad, son muy longevos, llegan a más del siglo de edad, y tardan diez años en adquirir la madurez sexual (estas cifras son muy raras en animales de su tamaño). Actualmente se encuentra en peligro de extinción.

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